2 Poemas de Manu Wainziger
Todo documento de civilización
A Tati Mazú y sus películas salvajes
Te propongo un trato, desbaratemos El Buen Orden,
quiero decir: la mesita de luz se acuerda
que fue árbol. El cuerpo no se pudre
pero da flor. Las balas vuelan hacia atrás.
Si la arena sigue bajo el agua, la orilla no es frontera.
Contra todo pronóstico los chicos de la calle
envejecen. Los punks no se suicidan.
Papá y mamá se quieren. Tomamos café
quemado y no nos importa.
Nos sorprende el cuervo no por malo
sino por astuto:
yo también robo
piedritas para regalar a quien amo.
Seamos salvajes, soñemos agarrar
el mar con las manos.
El sabor de las cerezas
Filma Kiarostami: una road movie
el desierto iraní, el cansancio
un plano sonoro que da cuenta
la falta de trabajo, el hambre
la miseria.
La desesperación por las monedas,
escuchar que se repite
un pedido de ayuda.
Se le dice compasión a la ayuda
para finalizar la propia vida.
Aunque haya familia, amigos
un hermano
preferimos dejarnos, enterrarnos
dejar que nos entierren.
Lo que nos ha dado esta modernidad
alienación, separación, crueldad
por los suicidados nos quejamos
en subtes, en los trenes
lo que queda del tonto capitalismo
la falta de ternura.
Y así, como relámpago
un recuerdo nos irrumpe
las moras frescas en el mes de octubre
las pequeñas luciérnagas
cubriendo todo el suelo
como estrellas que bajan a la Tierra
y entonces amanece
cae el fresco rocío
hay en boca
resabios del sabor de las cerezas
comprendemos que en este mundo
crecen las frutas,
que las frutas son dulces
y que eso es bueno.
Manu Wainziger nació en 1993 y creció en Tucumán. Es guionista, poeta y artista audiovisual. Participó en La Bienal de arte de Buenos Aires en el área de poesía, así como diversas muestras de videoinstalación y lecturas en museos (entre ellos MACBA; C.C.Recoleta). Actualmente se encuentra trabajando en su poemario El sonido de las cigarras en verano. Va mucho al cine. Vive con Tokyo, su gato.